miércoles, 30 de mayo de 2012

Una bonita reflexión


   EL mostrador del economato de Cáritas
se llenó de alimentos. Un niño de
los de primera comunión de una de las
parroquias de la ciudad había pedido
a sus padres y familiares que los regalos
fueran alimentos para las personas que
acuden a Cáritas. Una decisión tan
sorprendente como admirable. Una
caricia que se agradece en estos
tiempos recios que muchas personas
viven.
El gesto que acompañará la vida
de ese niño, también se convierte en
catequesis de generosidad para todos
nosotros. Detrás de su decisión, probablemente, están las
acertadas explicaciones de sus padres y familiares. Un gesto que suaviza la
comercialización tantas veces comentada de estos actos religiosos en los que muchas
veces tiene más fuerza el escaparate social y la “catequesis del comercio” que las
enseñanzas de la Iglesia.
Cuando el responsable del economato de Cáritas me comunicó el hecho, tomé buena
nota para comentarlo con los voluntarios de Cáritas y con los catequistas. También vi
oportuno compartirlo con quienes habitualmente leéis estas reflexiones. Todos podemos
tomar nota de esta interesante iniciativa, de esta manera de celebrar compartiendo, que
para todos se convierte en una lección para la vida. Por mi parte ya he tomado






1 comentario:

  1. Realmente precioso sabi, si todos pensaramos un poquito mas en la gente que esta pasandolo realmente mal y no tanto en nosotros, todo iria un poco mejor, no crees?, te deseo una feliz semanaaaaaaaaaaaa, un superbesazooooo

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